lunes, 12 de septiembre de 2011

De hace tiempo


Hoy he soñado contigo. Pero no eras tú ahora. Caminábamos muy despacio, atravesando el puente que separaba tu colegio de nuestra casa. Creo que íbamos tan despacio porque hacia mucho frío y mucho viento. Tu cabeza apenas llegaba a mi cintura y con el brazo te apretaba fuerte contra mí, para protegerte, como si hubiera nacido para eso. Con ahínco, con desesperación. Porque te habías vestido mal y llevabas la tripita al aire y yo no paraba de pensar que te ibas a congelar. Me paraba y me agachaba frente a ti para subirte la cremallera hasta arriba, pero era imposible. Estaba rota. Y tu piel casi transparente se quedaba al aire en medio de aquel frío tan triste. Caminabas torpe y tropezabas porque yo te llevaba casi en volandas, viendo tus rizos flotar sin descanso. Solo quería llegar a casa para que pudieras merendar, pero el maldito puente cada vez era más largo. Y el aire más feo. Te paraste en seco y miraste hacia arriba, hacia mis ojos y ya te empecé a echar de menos.

Ahora, lejos del aire helado y de tus ojos de hace tiempo, solo quiero abrazarte fuerte, aunque mi brazo ya no te abarque y sea yo quien alce la vista para mirarte a ti.

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